lunes, 10 de noviembre de 2014

Sea Word, del entretenimiento a la producción

Estimados Colegas,
La acuacultura, como se referencio anteriormente, sigue creciendo de manera contundente y la demanda sigue aumentando sin lograr ser satisfecha; por lo que empresas que aparentemente se encuentran alejadas de este sector, como SEA WORD, ya mostro su interes en ingresar a las grandes ligas de la producción, con inversiones importantes, como es logico una empresa de esta magnitud ha realizado minuciosos estudios de mercado y tal como se reporta acontinuacion, estan apuntando al mercado local que tan solo se encuentra  provisto por el 9% del consumo, todo un mundo de mercado dispuesto a comprar alimento de primera calidad.
Otra alternativa a tener en cuenta

EE.UU. - Macroproyecto Offshore

Proyectan en Estados Unidos la granja marina más grande del mundo

La Administración de Estados Unidos avisa que todavía tienen que superar muchos retos

Estados Unidos 30/10/2014 – La empresa SeaWorld quiere construir la granja acuícola offshore más grande del mundo frente a la costa de San Diego, en California. Se trataría de una granja de seriola (Seriola lalandi) de 300.000 pies cuadrados que se situaría a 4,5 millas de la costa y tendría capacidad para producir 5.000 Tm de esta especie al año.

El proyecto se iría ampliando por fases. Inicialmente se comenzaría con una fase en la que se producirían 1.000 Tm de seriola, o pez limón, que en el mercado local se vende como hamashi sushi. Cuando la granja esté a pleno rendimiento albergará alrededor de 10 millones de peces.

El proyecto está liderado por el Instituto de Investigación Hubbs-SeaWorld, una institución de investigación sin ánimo de lucro asociada a un parque temático de mamíferos marinos y una empresa de capital privado denominado Cuna del Mar.

Para justificar la inversión, Don Kent, presidente de Instituto de Investigación Hubbs-SeaWorld indicó que “somos el tercer mayor consumidor de pescado y marisco en el mundo, pero sólo producimos el 9 por ciento de lo que consumimos de manera doméstica”. El resto, de lo que se consume, al igual que en Europa, se importa de China, entre otros países.

Por su parte, el proyecto ha generado cierta controversia al ver como se asocia una organización sin ánimo de lucro con inversores privados, y por ello cuenta con la oposición de los grupos ambientalistas.

Al respecto Kent señaló que éste proyecto “podría servir como modelo de la acuicultura oceánica ambientalmente sostenible” y señaló que los beneficios que se obtuvieran revertirían para financiar las investigaciones del Hubbs-SeaWorld.

Se trata de un proyecto en el que han trabajado en los últimos años, reformulando, y cambiando la especie o la disposición de las jaulas. Finalmente han optado por salir de las aguas territoriales del Estado, aunque permaneciendo dentro de la jurisdicción de Estados Unidos.

El impulsor del proyecto, But Kent inicialmente lo proyectó a media milla de la costa de San Diego, sin embargo rápidamente la oposición a que estuviera tan cerca de la playa fue tan fuerte que para poder seguir adelante tuvo que reproyectarlo aguas mucho más adentro, donde existen menos restricciones para la actividad acuícola.

En este sentido, según explicó el director de acuicultura de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, Michael Rubino, el proyecto de But Kent y Cuna del Mar, “todavía tiene un largo camino que recorrer”.

Para el funcionario, en referencia a la oposición que se percibe de la población indicó que, “una de las razones por las que nosotros no tenemos acuicultura en mar abierto en nuestras aguas costeras es porque la costa está muy poblada, y ellos prefieren su pescado del supermercado y no ver las redes en su patio trasero”.

Aunque NOOA no requiere de permisos específicos para producir especies de peces, la tramitación del proyecto debe pasar por el Cuerpo de Ingenieros del Ejercito, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, la Guardia Costera, la Comisión Costera de California, y el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California. Un periodo de burocracia que puede tomar entre 12 y 18 meses según los cálculos de Kent, a los que hay que sumar los dos años de diseño, construcción y puesta en marcha de la primera cosecha.

Un proyecto responsable con la sostenibilidad y el medio ambiente
Para But Kent existe un consenso científico emergente que pone de manifiesto cómo la acuicultura es la vía más eficiente de alimentar de proteínas un mundo donde la población está creciendo de manera exponencial.

Aún así, la dependencia a las materias primas de origen silvestre como la harina de pescado de anchoveta peruana es una preocupación, de ahí que se esté trabajando en el proyecto con procesadores locales para dar un segundo uso a los subproductos generados del transformado del pescado, reduciendo de esta manera la harina importada de Perú.

Por su parte, los efluentes generados por la actividad, como nitrógeno o fósforo tampoco tendrá impacto debido a que el proyecto se encuentra a varias millas de la costa y por tanto la dilución es inmediata.

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